Disculpen mi desaparición durante el último mes. Supongo que la mayoría no me habrán encontrado a faltar, pero uno ya le había pillado el tranquillo a esto de extender sus dedos pegajosos y saludar (más o menos) diariamente. No, no he desaparecido, pero Maika sí. Y, naturalmente, no lo hace de cualquier manera. Lo hace dirigida por el director teatral Calixto Bieito, radical donde los haya, y acompañada por Juan Echanove, sumergidos todos en el fascinante y fantasmagórico mundo de E. A. Poe. Desaparecer se llama la obra de teatro que presentan estos días, pieza dramática que cuenta con subyugante banda sonora, un compacto de idéntico título que momentáneamente se vende en los teatros donde actúan pero que, al parecer, obtendrá distribución convencional a partir de octubre. Compacto tremendo, claro, muestra de un estado de gracia que, cuando se posa sobre Maika, parece eterno. Y no, no teman por el futuro de los Makovskis y su versión rock: juntos, preparan otro álbum, continuación de su aclamado tercer disco.
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