He leído y releído varias veces el magnífico artículo elaborado a seis manos entre Eduardo Ranedo, Fernando Gegundez y Jordi Planas en el último número de Ruta 66, el que presenta en portada fotografía de época de Pink Floyd. De época buena, quiero decir. Servidor, que jamás comulgó con la grandilocuencia de Watters ni de su Muro, sigue anclado básicamente en el universo narcótico de Syd. Así, leo y releo mientras escucho el box-set Crazy Diamond, en el que la obra de Barrett se reúne de forma minuciosa. Enormes canciones y tremendos quiebros emocionales, temas conducidos de forma magistral y piezas en las que te invade una incómoda sensación. La de asistir al testamento sonoro de una persona al borde del abismo. Gusta y asusta, pero no puedes dejar descansar en sus cajas ninguno de los tres compactos.
Coincido en parte. Syd Barret era un genio, de eso no me cabe duda ninguna. Pero Waters también era muy bueno, pero diferentes, ambos me valen, y lo que es mejor, los dos formaron uno de los mejores grupos de la histroria de la música. Imprescindibles ambos. Saludos.
ResponderEliminarSyd era un genio ,cierto! Pero Waters y Gilmour tambien, y el enfoque dado a los <Floyd tras su expulsion fue muy beneficioso para ellos! En cuanto al articulo del Ruta ,discrepo contigo, me parece muy pobre y no estoy muy de acuerdo con lo escrito! pero eso es como todo los gustos y los colores, ya se sabe hay para todos!
ResponderEliminarun saludo
Nunca he comulgado con estos tipos....para gustos colores of course..saludos.
ResponderEliminarBien, bien, bien, la Floyd Army en movimiento!! Teneis razón, sobre gustos.... a mí personalmente Waters me parece excesivamente grandilocuente, con un ego desmedido y una concepción del rock alejado de sus raíces. Pero me parece perfecto que os guste su obra. Pronto lo tenéis por aquí, así que a disfrutar...
ResponderEliminar