FIESTA!!!!

Precisamente eso gritaban los energúmenos miembros de la banda de punk –rock Raunch Hands desde el escenario del KGB barcelonés, como se inmortalizó en resplandeciente vinilo. Una de las últimas oleadas de grupos que explotó al límite la vertiente lúdica del rock es radiografiada ahora por uno de sus más flamantes y belicosos miembros, Eric Davidson de los New Bomb Turks. Hace pocos días comentaba con Barnaby, antes en Pleasure Fuckers y ahora capo de la promotora Mercury Wheels, la publicación de este libro, en el que él es uno de los protagonistas y, lo es más importante, uno de los testigos de excepción de una escena que sigue existiendo bajo mínimos.

A continuación, adjunto la reseña que se publica en el número de octubre de Ruta 66. Busquen esta Biblia del rock sin refinar, háganme caso…..

We Never Learn

Eric Davidson (Backbeat Books)

Pillar el presente volumen y notar cómo se acelera el pulso es algo inmediato. E irremediable, especialmente para todo aquel rutero de base que ha machacado sus neuronas a base de punk rock del bueno, para quien se chamuscó las pestañas en fanzines y en el Ruta bicolor buscando noticias y declaraciones de la horda de bárbaros que transitan por unas páginas que reafirman que el pasado reciente fue excitante, muy excitante. Al menos para Davidson, que desde su banda New Bomb Turks vivió en primera persona la explosión de una serie de grupos que, juntos, crearon una escena descacharrante, sí, pero que sembró de buenos plásticos las tiendas especializadas. The Gunk Punk Undergut, 1988 – 2001, son el subtítulo y la definición elegidos por Eric para englobar las aventuras y desventuras de nombres tan imprescindibles (y en muchos casos semi olvidados) como Raunch Hands, Cosmic Psychos, Oblivians, Gories, The Mummies, Teengenerate, Union Carbide Productions o los más cercanos Pleasure Fuckers, sin olvidar a quienes siguen de actualidad como Bellrays, Jon Spencer, White Stripes o Supersuckers. Repaso documentado, fresco, emotivo y directo que empuja a colocar las agujas de los controles de tu equipo de sonido en rojo mientras giran rodajas de Norton, Crypt, In The Red, Estrus o Sympathy for the Record Industry. Todo aderezado con entrevistas, anécdotas, guía discográfica y abundantes dosis de buen humor. Y sana intención de huir del victimismo y buscarle el lado positivo al asunto: incluso desdramatiza las complejas relaciones personales y económicas del bueno de Kike Turmix con muchas de estas bandas.