EL BOSS, JANEY Y THE PROMISE.

Y lo hace, curiosamente, con uno de sus discos más incómodos, uno de esos  trabajos dolorosos que no están pensados para todos los públicos, que en un principio conectan con quien comprende la esencia de un tipo como Springsteen. Hablo de Darkness, claro, y su estratosférica vuelta al mercado, en pack de infarto cargado de material inédito. El jueves pasado TV2 emitió The Promise, y dudo que quien vio el documental pudiera conciliar posteriormente el sueño. A mí me dejó con los ojos como platos, acelerado como si ve hubiera triscado un filete de anfetamina para cenar. Y a fuerza de no poder dormir, nada mejor que meterse entre pecho y espalda unas horitas de Bruce: una audición a oscuras de canciones como <<Badlands>>, <<The Promised Land>> o <<Racing In The Street>>, un alto en el camino para poner doce veces una pieza que es debilidad personal – el single de <<Janey Don’t You Lose Heart>>, cancioncilla inofensiva que me robó el corazón desde que se editó- y el dvd listo para ver una vez más el dvd de 1975 incluido en otro box set del amigo, el que conmemoró el cumpleaños de Born To Run. Caja que, por cierto, está a precio de risa en tiendas especializadas –en la FNAC no llega a 20 eurillos-. Quien no la tenga, que corra a por ella. Satisfacción garantizada.